Los conductores que viajan por zonas nevadas se enfrentan a una serie de problemas, entre ellos, la reducción de visibilidad. La instalación de barreras anti-nieve disminuye esos riesgos ya que evita que el viento arrastre la nieve e impacte en la visión del conductor.
Lo ideal es que la barrera se encuentre alejada de la banquina a una distancia que sea 35 veces la altura de la esta. Si se coloca la barrera demasiado cerca de la carretera puede empeorar los problemas de acumulación.